La leche y la miel son más que deliciosos ingredientes. En el cuidado de la piel, nos aportan:

Exfoliación: La leche contiene ácido láctico, que es un alfahidroxiácido (AHA) que exfolia suavemente la piel, elimina las células muertas y favorece la renovación celular para un cutis más suave.

Calmante e hidratante: La leche es uno de los mejores acondicionadores naturales de la piel, con propiedades suavizantes e hidratantes. Al contener ácido láctico, aporta hidratación, además de calcio, vitaminas y minerales.

La miel es uno de los ingredientes de skincare más antiguos que se conocen. Es reconocida por sus propiedades suavizantes, alisadoras y revitalizantes de la piel. Rica en azúcares, vitaminas y minerales, retiene la humedad cutánea, la exfolia con suavidad y contribuye a su regeneración.

Si bien la investigación apoya los beneficios de la leche y la miel, validando sus propiedades suavizantes, estos dos suntuosos ingredientes tienen mucha más historia que eso. La leche y la miel han protagonizado el cuidado de la piel con el paso de los años, debido a su larga eficacia y también a su versatilidad. La historia nos remonta a la antigua civilización egipcia, donde era popular tomar baños de leche para mantener la piel suave, mientras que la miel era utilizada por griegos y romanos por sus propiedades curativas.Pero, ¿qué la hace tan especial? Los tiempos han cambiado, pero la leche y la miel no. Dos ingredientes naturales como estos no necesitan ajustarse a las tendencias, pero lo hacen de cualquier manera. Una de las razones por las que la leche y la miel siguen siendo icónicas en el mundo del cuidado de la piel, es la versatilidad que proporcionan. Son: Adecuados para la mayoría: La leche y la miel son lo suficientemente suaves como para ser utilizadas en la mayoría de los tipos de piel. Múltiples beneficios: La combinación de sus propiedades hidratantes y exfoliantes los convierte en ingredientes versátiles que pueden ayudar en varias cosas. La popularidad de la leche y la miel va más allá de sus beneficios y se extiende a las estructuras culturales y sociales de distintas épocas. Estos dos ingredientes no sólo eran asequibles y accesibles, sino que también estaban avalados culturalmente. Muchas culturas han transmitido estos rituales de belleza, lo que naturalmente ha reforzado su reputación y su uso continuo.